miércoles, diciembre 28, 2005

Su amada, el amante y su propia vida.

Pasos, mormullos, risas, vasos chocando en brindis, canciones que nadie escucha, ruidos de alegría que parecen no llegar a un rincón de aquel bar, donde un hombre llora su desgracia, ellos no parecen ver sus ojos perdidos, lejanos, como muertos. El hombre ahogado en pena mira a su alrededor, pero solo ve el vaso medio vacío, la botella llena de promesas de olvido, bebe de ella, buscando consolación, bocanada tras bocanadas su martirio parece agrandarse, su cabeza explota en miles de ideas macabras.
La botella vacía, el vaso medio lleno, el hombre duerme sobre la mesa, soñando con anteriores realidades, el nombre de su amada vocifera, sin saber de tiempo ni espacio, ese sueño se vuelve pesadilla, grita su nombre, pide que no lo deje, que no se vaya, que no le engañe, el le ha dado todo, una vida completa de sacrificios, por que ella le paga así.
Un hombre se acerca, golpecitos en la cabeza, pretendiendo despertar a aquel ebrio sumido en sueños de desengaños, pero el no vuelve en sí, no escucha a nadie, no siente nada, solo un nombre dice, lo toman de los brazos, sonríe como un niño, parece estar volando hacia la felicidad, es dejado en un pequeño callejón.
Agua de vida, agua de muerte, cae sobre su rostro la lluvia nocturna, como cachetada de madre desilusión, lo despierta de una vez, se levanta húmedo de borrachera, aun con los ojos desgarrados, hace parar un taxi.
A su casa llega el hombre ebrio, se supone de la ciudad se había ausentado, nadie esperaba verlo hoy, el taxi paga, baja del vehículo, se para frente al pórtico, sus manos levanta hacia su rostro desfigurado por la amargura y el alcohol, suspiros descontrolados salen de su pecho, lagrimas brotan sin cesar como si alguien se le hubiese muerto, entre sollozos va rodeando el jardín, hasta llegar al patio de atrás, se sienta bajo el ventanal que da a su dormitorio, de pronto su llanto aumenta, sus oídos tapa con fuerza, no es capas de escuchar los sonidos orgásmicos del pecado, de la traición, de la desilusión. Las peores de sus pesadillas parecían hacerse presente en el lugar, el hombre ebrio en llanto, cambia sus ojos de tristeza amarga, a una furia extrema, nunca jamás, hubiese el creído ser parte de la maquinación que se le atraviesa por su atormentada cabeza.
Dos Tiros salen de la casa del ebrio, no hubo gritos, ni quejas, se deja escuchar un tercer estallido penetrador que cruza por su sien, revienta sus ojos cansados de tanta amargura, hasta alcanzar su parietal izquierdo, terminando con gran cantidad de sangre que salpica en la ventana que da al patio trasero de su casa, su cuerpo lleno de muerte cae sobre la alfombra verde, un río rojo de furia forma un lago de miseria humana. Ese cuerpo, que yace en aquel suelo donde tantas veces la amo, carga ahora con tres muertes, su amada, el amante y su propia vida.

viernes, diciembre 09, 2005

"De Ley y Orden"

- ¡Otra noche más, en esta mierda de vida...- murmura en voz baja, mientras cae sobre ella el rocío nocturno, humedeciendo poco a poco su cabello rubio platinado, mira para todos lados, mientras sostiene un cigarrillo húmedo con el filtro manchado de lápiz labial, en el hombro lleva una pequeña cartera negra (en ella contiene su carné de identidad, la tarjeta de sanidad, una pequeña chauchera con unas cuantas monedas para movilizarse, una cajetilla de cigarros, seis condones, un espejo, el lápiz labia, rubor y un perfume, además en un bolsillo que a simple vista no se ve, guarda una pequeña cortaplumas para defenderse). Está oscuro y la helada noche se hace cada vez más presente, al pasar de los minutos pareciera calar los huesos, pero ella parece no importarle, camina de un lado para otro para tratar de darse calor, se detiene y saca de entre su corta chaqueta una petaca, bebe cortas bocanadas, pareciera ser algún tipo de licor.
-¡Hoy parece ser un día de esos...!– se dice, cuando a lo lejos se deja ver un vehículo que hace señales con los focos, no parece ser un vehículo normal, ¿es como una patrulla policial?, ¡si es una patrulla!, se acerca lentamente, con las luces apagadas.
- ¡Lo único que me faltaba, la noche mala y a estos huevones se lo voy a tener que chupar gratis, para que me dejen trabajar tranquila!– con una sonrisa de oreja a oreja hablando entre dientes, se acerca al móvil.
- ¡Buenas Noches Mi Cabo! – saluda cordialmente, mientras apoya su brazos entrecruzados en la ventanilla de la puerta, así deja ver con mas volumen el escote, haciendo que sus tetas húmedas brillen con la tenue luz de los faroles.
- ¿cómo va todo? – con voz firme y cortada, pregunta el uniformado que va al volante, mientras el compañero se le cae la baba mirando los senos de la mujer.
- Le presento al sargento Ramírez, el va ha estar a cargo desde ahora en adelante de esta zona, así que lo traje para que le de la bienvenida como se merece- mientras el sargento le da la mano, la mujer en estado de regresión, piensa en todos los tenientes, sargentos, cabos a cuales ha tenido que darles la bienvenida.
-Muy bien, ¿acá mismo o buscamos otro lugar?- dice la mujer esbozando una tímida sonrisa, sus ojos parecieran querer gritar otra cosa, pero ya son tantas veces, que su voz está resignada.
- ¡¿Como aquí?!, ¡no seas huevona!, en el lugar de siempre po,- el policía con los ojos en cólera. La patrulla se aleja y se pierde en la oscuridad de unos árboles, la Prostituta camina hacia un callejón, se queda en el sombrío lugar iluminado solo por la menguante luna, espera por el uniformado, mientras busca un condón.
Una vez en el callejón el uniformado un poco nervioso, le dice a la mujer que está listo, ella se pone en cuclillas, le baja el cierre, y saca el miembro, comienza acariciarlo, le masajea los testículos, pero el policía la mira y le dice - ya po, ¡PERRA! chúpalo de una vez-, la mujer introduce el condón y después el miembro en su boca, y comienza así con el sexo oral. Van un par de minutos pero el hombre está demasiado ansioso, le toma por la nuca con ambas manos, y comienza una estrepitosa ida y venida con la cabeza de la mujer, que desesperada trata de desminuir el vaivén brutal sujetándose con fuerza de los muslos del policía, pero es demasiado fuerte para ella, finalmente con el condón echo una miseria, el hombre acaba en la boca de la prostituta, y esta atorada por el semen, queda en el suelo haciendo arcadas, hasta el punto de vomitar.
- Gracias ¡perra!, por la bienvenida – le dice con una perversa sonrisa, y exhalando un suspiro se marcha hacia la patrulla.
La mujer exhausta yace en el suelo, derramando lagrimas, golpea la tierra con todas sus fuerzas, lanza un grito hacia el cielo, maldiciendo a todos los policías, venido y por venir.
Saca la petaca toma un trago, se limpia la boca, se para, y lanza un brindis a la luna – ¡Usted mamita, me comprende, usted sabe por quien lo hago!- todavía con los ojos llorosos, se arregla el pelo y su ropa, y se dirige al lugar donde estaba, para poder retomar su noche.
Estando ya en el lugar vuelve a beber de la esencia que guarda en aquella petaca, pareciera darle fuerzas, se seca las lagrimas, saca su espejo, se pinta los labios, saca otro cigarro, mientras que a lo lejos se ve un auto lujoso BMV que hace señas con los focos - ¡Esta es la mía! – se dice Sonriendo.

sábado, noviembre 26, 2005

Juerga Mortal

Observo la luna a través de los barrotes de la pequeña ventana de mi celda, esta noche pareciera tener una inusual circunferencia, como hace tiempo no había visto, me remonta a la luna que veía cuando era niño desde la ventana de mi habitación, no puedo dejar de recordar esos rincones de mi casa, donde jugaba con mis primos, desordenándolo todo, mi vieja retándonos porque rompíamos sus adornos, inocentemente jugábamos a policías y ladrones, siempre les ganaba la mano a ellos y encarnaba a uno de esos uniformado que tanto admiraba, pero eme aquí, encerrado entre el cemento frió de la prisión con el resto de mi vida totalmente desperdiciada, ¡purgando una culpa que me es ajena!.
Salí de mi casa como de costumbre camino a la universidad, cursaba el 4° semestre de ingeniería comercial, no era de los destacados pero me iba bien, tenia muchos amigos, polola, salía de carrete, tenia todo lo que un joven de 21 años querría tener, una vida normal, ¡pero todo cambió!, cuando me encuentro con el Lucho, ¡maldita mi suerte cuando me fui a encontrar con él!.
El Lucho es un ex compañero de la enseñanza media, era de los que desordenaba siempre la clase en el liceo, pasaba en inspectoría, su apoderado siempre tenia que ir a buscarlo por que había sido suspendido por alguna travesura, en ese tiempo eran travesuras, pero nadie sabia cómo el lucho siempre se las encargaba para destacar entre los mejores promedios.
Aquel día que me lo encontré, conversamos unos 10 minutos, me contó que se había ido de la ciudad con rumbo a Iquique, y allá encontró un trabajo espectacular, todo bien hasta que me hace una invitación, me dice que tiene un carrete en la casa de un amigo, me pasa la dirección y cualquier cosa que le avisara, por si necesitaba que pasen a buscarme, yo le dije que en una de esas, pero sin asegurarle que iba a ir, la verdad mi intención real era no ir, pero uno nunca sabe como pasan las cosas, estaba destinado ir a esa fiesta.
Era sábado, carrete obligado con mi polola, nos íbamos a la discoteca esa noche, todo iba sin novedad hasta que a las afuera del local nos encontramos con mi ex , la muy patuda me guiña el ojo y me lanza un beso, y ahí mi camino tomo otro rumbo, mi polola explota en una escena de celos, me mira y comienza un infernal interrogatorio, yo me deshago en explicaciones, pero ella cegada por los celos no me creía nada, finalmente rompe en llanto y me manda a la mierda, me dice que se va para su casa, yo corro tras de ella pero no me pesca, me dice que me vaya, que necesita estar sola.
Me siento en un escalón de una casa, acongojado por lo ocurrido, en silencio pienso que hacer, no entendía la actitud de mi polola, pero entonces me nace ese orgullo de hombre, según yo de hombre, me levanto y grito, ¡se van todos a la chucha!, saco mi teléfono móvil, y marco “LUCHO”.
Frena un auto deportivo plateado, mientras baja el vidrio polarizado se deja escuchar con gran volumen la monótona melodía de un Reggetón, era el Lucho, subo al vehículo y nos vamos rumbo a la juerga. Llegamos a un lugar afueras de la ciudad, era una parcela, entramos y enseguida sentí en el aire ese peculiar olor de la marihuana, no me sorprendí mucho, ya que la había probado, y nunca me interesó para tomarlo como hábito, dentro de la casa habían unas 13 personas, 6 hombre y 7 mujeres, pero mi mirada se clavó en seguida en una muchacha de mas menos 19 años, pelo moreno, ondulado, verdes ojos, piel de leche, con cuerpo de gata, le pregunto al lucho por la chica, y me dice que se llama Julia, me acerco y la saludo con un beso en la mejilla.
Entrando ya en confianza me sirvo un vaso de ron limón, saco un cigarro y me siento junto a Julia, conversamos largo y tendido, me cuenta que trabaja como promotora en un mall, que conoció al lucho en una fiesta igual que esta, una amiga los había presentado, la saco a bailar para continuar con el flirteo, ambos coqueteábamos.
Ya entrada la noche, habiendo yo bebido unos 4 tragos o mas, me llama la atención la ausencia de mi supuesto amigo, le pregunto a Julia por él, y me dice que no me preocupe él está con otros amigos arreglando unos asuntos en uno de los dormitorios de la casa, le pregunto por el baño y me indica un lugar bien al fondo, en medio de la oscuridad. Camino hacia el baño, y paso por fuera de uno de los dormitorio que está con la puerta entre abierta, de pronto escucho risas, miro por el espacio de la puerta y la pared, entonces veo que está El Lucho con 2 tipo sentados en una cama viendo una película pornográfica, luego observo con mas atención y veo que sobre algo como un espejo, tienen una especie de polvo blanco, entonces caigo, es cocaína, vuelvo a mirar y uno de ellos estaba inhalando por la nariz con un tubo la sustancia blanca, entonces sin querer empujo la puerta y se abre, El Lucho me mira, sus acompañantes también pero no con cara de amistad.
El lucho se levanta y me pregunta por qué estaba sapiando, yo entre balbuceos trato de inventar una historia convincente, le digo que por casualidad pasaba rumbo al baño y que me tropecé con algo, se acerca hacia mi, enrosca su brazo en mi cuello y me dice, “¡hueón!, ¿te pusiste nervioso?”, y suelta una risotada, sus amigos también ríen, entonces me vuelve el alma al cuerpo. Me hace pasar a la habitación y me invita a ver la película, me presenta a sus amigos, y me cuenta que este es el trabajo espectacular que me había contado, el era traficante, en el liceo ya traficaba pero con marihuana, tenía como clientes a varios profesores, y ahí estaba la explicación de sus buenas calificaciones.
Seguimos conversando de todo, yo tomaba, mientras el fumaba, el aspiraba coca, mientras yo fumaba, entonces él me pregunta si la quiero probar, yo le digo que no, que no me interesa, me dice que la pruebe por que así no iba a quedar curado tan rápido, yo en esos momentos ya estaba bastante mareado, finalmente ante su insistencia, y al tratarme de cobarde, le digo, “esta bien, primera y única vez que lo voy hacer”. La sensación que sentí después de haber inhalado por la nariz aquel polvillo, fue igual como cuando uno está punto de estornudar pero no puede, sentí una gran picazón en mi nariz, entonces El Lucho me pasa un trago, era Whisky, lo bebo al seco, y siento de golpe en mi cuerpo un calor extraño, el corazón se me acelera, me pongo como eufórico.
Salimos de la habitación, y nos reintegramos a la fiesta, busco con la mirada a Julia, y la veo que está con un tipo, están como discutiendo, le pregunto al Lucho por lo que estaba pasando, entonces me aconseja que no le tomara importancia, el tipo sale de la casa con un portazo, julia se sienta en uno de los sillones, me acerco y le pregunto si está bien, me dice que sí que no me preocupara, me toma de la mano y me lleva a donde están todo bailando, de pronto mi cabeza comienza a dar vueltas, me empiezo a reír como loco, julia también se ríe, miro las caras de la fiesta, todas ríen, observo en un rincón y estaba el mismo tipo que había discutido con Julia, estaba de vuelta, conversaba con otra persona mientras nos observaban, le indico a Julia que está el tipo, pero Julia me vuelve a insistir que no me preocupara, la fiesta sigue, los tragos siguen, yo sigo tomando como condenado, julia también bebe, entonces se me apaga la tele.
Recuerdo en forma difusa un sillón, yo totalmente borracho tendido en él, apenas abro los ojos, veo unas siluetas borrosas como que discutieran, se me vuelve a ir la señal, entonces vuelvo a despertar, el sabor de boca que tenia era horrible, mi cabeza retumbaba como si una tribu entera de Mohicanos me clavaran sus filosas hachas en la cabeza, entonces siento un vehículo, no me podía ni mover del dolor, miro el techo, y me doy cuenta que no estoy en mi casa, estoy en una cama que no es mi cama, completamente desnudo, me muevo y de pronto rozo con mi brazo un cuerpo, un cuerpo mas helado que las noche en invierno, entonces mi corazón se agita, mi garganta se seca, comienzo a sudar frío, no quería darme vuelta para observar, respiro profundamente, y levanto las sabanas, ¡horrible sorpresa!, quedé totalmente blanco, ni un grito me salió en ese momento, me quede petrificado, un cuerpo inerte, muerto, totalmente ensangrentado estaba al lado mío.
Del susto caigo de la cama, miro mis manos totalmente ensangrentadas, veo la cabellera ondulada oscura, y horrorizado me digo, “¡no puede ser, no puede ser que sea Julia!”. Sin saber que hacer Me nublo totalmente, salgo de la casa corriendo desnudo, ya afuera sin saber donde estaba, escucho un grito, ¡alto ahí!, ¡al suelo!, el reflejo del sol apenas me dejaba observar, era la policía.
Me llevaron detenido, no se imaginan como fueron los interrogatorios, todas las historias de torturas quedaron chicas, las cosas que me hicieron para que declarar que yo era culpable, siempre insistí en mi inocencia, entonces me dijeron que el Lucho había declarado en contra mía, que yo le había contado que iba a violar a la mina, que yo ya estaba cagado. Fue tanta la presión, tanta mi confusión, tanta la humillación, que finalmente firme una declaración donde aceptaba mi culpabilidad. Entonces me sentenciaron a cadena perpetua.
Un día estando en una de las caminatas matutinas en la prisión, escuché que hablaban del Lucho, uno de los prisioneros le decía a otro que no se preocupara por su hermano que había caído por microtráfico, porque el lucho tenia comprado al juez.
Con la fuerza de mi corazón, se muy bien que no soy culpable, si hoy tuviera al Lucho enfrente le preguntaría, ¿por qué yo?, ¿qué hice para merecer esto?.

domingo, noviembre 06, 2005

Es peor la Recaida

Mariano lanza un grito desgarrador hacia el cielo, mientras sostiene entre sus manos al pequeño cuerpo inerte sobre su pecho, sus ojos desorbitados por el horror, buscan algo en el cielo, como pidiendo una explicación por el desenlace mortal traído a su vida.
Todo comenzó una tarde después del trabajo, terminada su jornada laboral, recibe una llamada de un supuesto amigo, amigo que no veía hace mucho tiempo, el motivo del llamado era para convidarlo a su casa, está recién llegado, anduvo embarcado tres meses por eso que no se habían visto. El amigo se llama Pedro, es un bebedor empedernido por no decir alcohólico, esta recién pagado, así que anda en busca de sus viejas amistades para armar un Carrete de bienvenida.
Mariano estuvo súper mal hace seis meses, por culpa del alcohol, su mujer lo había dejado y había perdido su trabajo, él no era nada. Mariano no solo se tomaba sus tragos y volvía a casa a dormir la mona, lo que pasaba que el alcohol lo violentaba y llegaba a su casa armando escándalos, pateando las cosas, rompiendo lo poco que tenia, y además golpeaba a su mujer. Pero eso fue que hace seis meses atrás, gracias a que toco fondo al ver que su mujer lo había dejado y que se había quedado sin trabajo, Mariano recapacitó, hizo un tratamiento, y no bebe desde entonces, su mujer volvió con él hace dos meses atrás, al ver que había cambiado.
Mariano al recibir la invitación, se había negado a ir, por lo del tema que no bebía, pero Pedro le insistió tanto que fuera, que termino aceptando. El amigo pasaría por el en media hora mas, a recogerlo en su trabajo, mientras tanto Mariano estaba nervioso por tanto tiempo que no salía con sus amigos, decidió no decirle nada a su mujer, total el pensaba que iría un rato no mas, y volvería temprano para su casa.
Estando ya en la casa del amigo, después de haber pasado a buscar a otras amistades y de comprar el vituperio para la convivencia, se reúnen alrededor de una mesa y comienza la tertulia, uno de los comensales había llevado una baraja de naipes, así que comenzaron a jugar. Mariano con su vaso de bebida observaba al resto que bebía alcohol a destajo, los veía como evolucionaban de hombres cuerdos a jolgoriosos sin razón, sin embargo mariano no tenia ese jolgorio y los observaba con una cierta envidia, ya llevaba una hora en esa casa del bebistrajo, cuando se acerca Pedro, el amigo Pedro, y le pregunta con extrañeza lo que le sucedía, Mariano le cuenta a su amigo sobre lo que él estaba sintiendo, y es aquí donde la historia vuelca hacia un rumbo macabros. El amigo le dice – “ ¡pero no te preocupi!, si tu señora no esta acá, y no se va ni a enterar si te tomay un trago, además que el Juancho igual tubo ese problemas, e igual ha tomado y no le ha pasado nada. ¡¿cierto Juancho?!”- mientras uno de los hombres levanta un vaso en señal de aprobación, Mariano mira a su amigo con cierta duda, pero este le entrega un vaso ya preparado y se lo hace beber.
Ya son las cinco de la mañana y Mariano ya ha bebido bastante, aun con una cierta lucidez llama a pedro y le dice que se tiene que ir, porque se le pasó la hora, entonces pedro que esta curado le dice -“¡pero huevon!, como te vas a ir, si esto esta recién empezando, o ¿eres mangoneado por tu mujer a caso?”- , entonces todos en la sala comienzan a reír y a burlarse del mangoneado, Mariano enojado les dice – “huevones a mi no me manda nadie”- y se toma un vaso al seco, el cual tiene un trago que ni el mismo sabe distinguir.
Han bebido toda la noche, ya ha amaneció hace bastante rato, son las once de la mañana, y la gran mayoría de los bebedores yacen durmiendo su borrachera, pero hay un hombre que a duras penas se levanta de un rincón, es Mariano que aun curado agarra sus cosas y se va.
¿Que sentido de orientación tienes lo curagüillas que siempre encuentra el camino a casa?, bueno Mariano no es la excepción, ha llegado a su hogar, golpea la puerta pero se demoran en abrir, después de insistir violentamente varias veces, finalmente la puerta es abierta por una pequeña niña de ocho años que lo mira con cara de asustada, es Belén, su hija, mariano entra y le pregunta a la pequeña por su madre, ella le dice que su mamá salió a comprar, cuando de pronto se escucha el rechinar de la puerta de entrada, es su mujer que vuelve de las compras, entonces se posesiona el demonio de la violencia en el cuerpo ebrio de Mariano, y la recibe con un festín de bofetadas, reprochándole a su mujer cosas que ella no entiende, que el es el hombre, y el es quien manda en la casa, la indefensa mujer en un momento de desesperación, le pide a la asustadiza Belén que corra a pedir ayuda, entonces Mariano la amenaza para que no vaya, pero la niña sale corriendo igual, y Mariano va tras de ella, y en un pestañar la niña desorientada, que va gritando ayuda por que a su madre la están golpeando, en el peor momento de su corta vida cruza la calle, y es tumbada por un vehículo que por allí pasaba, su pequeño cuerpo vuela por los aires y cae muerta sobre el pavimento seco, es aquí donde la vida se nos detiene, se nos vuelve todo lo malo hecho, Mariano corre donde su hija muerta, pero ya es tarde para arrepentimientos, por su irresponsabilidad, por sus malos amigos, el es hoy, lo que es.

domingo, octubre 23, 2005

Sky Blue

Camino por una calle oscura y húmeda, tambaleándome por los charcos sucios de la ciudad, es de noche y aun no llego a mi casa, una vez mas se me han pasado los tragos, y mi cabeza da vueltas, vengo de la casa de Feliciano, su mamá se fue de viaje, así que aprovechamos la oportunidad para juntarnos a jugar “Truco” con nuestros amigos (para quienes no conocen el truco, es un juego de cartas españolas, se juega mucho en el sur de nuestro país, sobre todo en la Patagonia, fue traído por los argentinos para acá).
Mi reloj marca las 1:00 AM, es temprano, para quien no tiene nada que hacer mañana, tengo que trabajar así que camino para mi casa, de pronto me llama la atención una luz que se refleja en una vidriera, es una especie de luz de neon, dice “sky Blue”, paso por fuera y veo a una mujer como de treinta años parada en la entrada , no es fea, pero tiene una cicatriz en el rostro, me invita a pasar, pero me niego, ella insiste, tiene un acento extraño, le pregunto de donde es, y me dice que es de argentina, que ya lleva en la ciudad ocho años. No sé como, pero al rato me veo dentro del local con esta mujer, compartiendo una cerveza, saco un cigarro y le convido, ella mientras tanto sigue hablando, yo la escucho pero no le entiendo, no se si es producto de mi borrachera o es aquella mujer que me marea con su parloteo, solo atino asentir con la cabeza, le digo que me tengo que ir pero ella insiste que me quede, le hace unas señas al del bar y me traen otra cerveza.
Me levanto y le digo que necesito ir al baño, me da las indicaciones y entro aun lugar que la mugre está a la vista, miro el urinario que está tapado en sarro, los orificios por donde cae el agua no se ven, entonces prefiero usar la tasa, entro y alguien había vomitado, el hedor era insoportable, tiro de un cordel que creo es la cadena, pero el estanque está vacío, entonces me tapo con la camisa mi nariz y así orino. Salgo del baño y miro la hora y ya son las 2:30 AM, trato de observar a la mujer en la mesa, y no está, me siento aliviado, por fin me puedo ir de este antro.
Salgo y respiro el aire húmedo de la calle, camino como diez pasos, y de pronto un dolor en la nuca, me veo tirado mirando el cielo, cierro un momento los ojos y los abro, para mi sorpresa el cielo se ha puesto blanco, entonces escucho una voz conocida que me llama.
-¡Miguel!, ¡Miguel!, por fin despertaste, ¿como te sientes?
Trato de torcer la cabeza hacia donde viene la voz, pero el cuello con un insoportable dolor no me deja, cuando logro girar, veo que es Feliciano que me mira con una sonrisa, le pregunto que es lo que había pasado, entonces me cuenta que estoy en el hospital, habia recibído un golpe en la cabeza con un palo, perdí la conciencia, y que todo había sucedió a las afueras de aquel bar de mala muerte.
El que me golpeó había sido el propio dueño del bar, que en su declaración a los carabineros dijo que salió tras de mí y me dió con un palo en la cabeza porque me iba sin pagar.