domingo, octubre 23, 2005

Sky Blue

Camino por una calle oscura y húmeda, tambaleándome por los charcos sucios de la ciudad, es de noche y aun no llego a mi casa, una vez mas se me han pasado los tragos, y mi cabeza da vueltas, vengo de la casa de Feliciano, su mamá se fue de viaje, así que aprovechamos la oportunidad para juntarnos a jugar “Truco” con nuestros amigos (para quienes no conocen el truco, es un juego de cartas españolas, se juega mucho en el sur de nuestro país, sobre todo en la Patagonia, fue traído por los argentinos para acá).
Mi reloj marca las 1:00 AM, es temprano, para quien no tiene nada que hacer mañana, tengo que trabajar así que camino para mi casa, de pronto me llama la atención una luz que se refleja en una vidriera, es una especie de luz de neon, dice “sky Blue”, paso por fuera y veo a una mujer como de treinta años parada en la entrada , no es fea, pero tiene una cicatriz en el rostro, me invita a pasar, pero me niego, ella insiste, tiene un acento extraño, le pregunto de donde es, y me dice que es de argentina, que ya lleva en la ciudad ocho años. No sé como, pero al rato me veo dentro del local con esta mujer, compartiendo una cerveza, saco un cigarro y le convido, ella mientras tanto sigue hablando, yo la escucho pero no le entiendo, no se si es producto de mi borrachera o es aquella mujer que me marea con su parloteo, solo atino asentir con la cabeza, le digo que me tengo que ir pero ella insiste que me quede, le hace unas señas al del bar y me traen otra cerveza.
Me levanto y le digo que necesito ir al baño, me da las indicaciones y entro aun lugar que la mugre está a la vista, miro el urinario que está tapado en sarro, los orificios por donde cae el agua no se ven, entonces prefiero usar la tasa, entro y alguien había vomitado, el hedor era insoportable, tiro de un cordel que creo es la cadena, pero el estanque está vacío, entonces me tapo con la camisa mi nariz y así orino. Salgo del baño y miro la hora y ya son las 2:30 AM, trato de observar a la mujer en la mesa, y no está, me siento aliviado, por fin me puedo ir de este antro.
Salgo y respiro el aire húmedo de la calle, camino como diez pasos, y de pronto un dolor en la nuca, me veo tirado mirando el cielo, cierro un momento los ojos y los abro, para mi sorpresa el cielo se ha puesto blanco, entonces escucho una voz conocida que me llama.
-¡Miguel!, ¡Miguel!, por fin despertaste, ¿como te sientes?
Trato de torcer la cabeza hacia donde viene la voz, pero el cuello con un insoportable dolor no me deja, cuando logro girar, veo que es Feliciano que me mira con una sonrisa, le pregunto que es lo que había pasado, entonces me cuenta que estoy en el hospital, habia recibído un golpe en la cabeza con un palo, perdí la conciencia, y que todo había sucedió a las afueras de aquel bar de mala muerte.
El que me golpeó había sido el propio dueño del bar, que en su declaración a los carabineros dijo que salió tras de mí y me dió con un palo en la cabeza porque me iba sin pagar.